Una de las características de la expansión musulmana es su rapidez, y su persistencia en los países ocupados. Los pueblos conquistados por los musulmanes no están obligados a la conversión, aunque deben pagar impuestos. El Estado islámico ofrece estabilidad política a la región y, en principio, una escasa islamización de las estructuras del poder. La estructura tribal de los beduinos y los bereberes, otro pueblo nómada islamizado, llevará a profundos conflictos sociales dentro del islam, a pesar de la umma. El Estado islámico se desintegrará en múltiples estados de carácter plenamente feudal, al igual que los reinos cristianos.
La conquista de Oriente
La expansión fuera de Arabia comienza muy pronto, en el califato de Abú Bakr. En principio son simples razias dentro de un estado en descomposición, como era el Imperio persa.
Las tribus islámicas que se instalaron en el valle del Tigris y el Éufrates verían como la población les facilitaba su labor ya que ellos ofrecían estabilidad política.
La conquista de Siria, Mesopotamia y Armenia
Bizancio logra contener el avance de las tropas musulmanas, aunque pierde territorios. El Imperio se encuentra en graves dificultades económicas y en plena campaña para reconstruir el Imperio romano.
La cultura islámica se urbaniza definitivamente, será la civilización urbana de la Edad Media.
Conquista del Occidente: Egipto y el norte de África
La invasión de Egipto comienza en el 642. En Alejandría se crea la primera flota musulmana, en el 649, que expulsaría del Mediterráneo a los piratas y aseguraría la navegación por este mar.
La conquista de Egipto planteó algunos problemas. A diferencia de los territorios conquistados hasta entonces, Egipto tenía una raza y una lengua diferente, y totalmente extraña para ellos. Con la a conquista del norte de África se crea el Magreb desvinculado de Damasco.
Las conquistas europeas: España, Francia e Italia
La iniciativa de comenzar la conquista al otro lado del estrecho de Gibraltar no surge en Damasco, sino en el Magreb, por iniciativa del valí Muza y con apoyo de su jefe militar Tarif.
La invasión de la península ibérica comienza en el 711. El reino visigodo se está descomponiendo. Los musulmanes no encuentran excesiva resistencia por parte de la población hispanovisigoda, ya que para ellos sólo significó un cambio de señor feudal. Muza y Tarif avanzan hasta las estribaciones de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. En el 722 (según la tradición en el 718) Pelayo detiene la incursión en Covadonga, al mismo tiempo que comienzan los problemas internos en al-Ándalus. Los musulmanes comienzan a perder territorios al norte del Duero. Sin embargo, están plenamente asentados en la península, y las conquistas consolidas. En el año 756 Abderramán llega a al-Ándalus e independiza el territorio de los califas abasíes, creando un Estado unitario.
Las conquistas orientales
El islam también se expande hacia el Oriente por el Asia central y la India. Allí domina el budismo y el zoroastrismo, y está bajo la influencia del Imperio chino. La cultura y la población asiática es totalmente diferente a la musulmana y ofrecieron una resistencia feroz a la invasión.
El califato se traslada a Bagdad en el 762 y la unidad del islam se viene abajo, sin embargo, la religión se universaliza. Es entonces cuando se emprende la conquista de la India.